XVII aniversario de la declaración como Patrimonio Mundial
Desde la declaración única hace diecisiete años de los “conjuntos monumentales renacentistas de Baeza y Úbeda”, situados ambos en el centro histórico de cada ciudad, muchas realidades se han sucedido, y ninguna de ellas han dañado los valores intrínsecos por los que estos núcleos tan específicos conformaron un magnífico ejemplo de urbanismo y arquitectura renacentista que les valió la declaración de Patrimonio Mundial en el año 2003.
Los lazos de las dos ciudades hermanas son cada día más fuertes, y gracias a la colaboración entre instituciones, y de manera especial, entre nuestros ayuntamientos, ambas poblaciones estamos consiguiendo grandes inversiones, acontecimientos y retos.
Este 2020, cuando estamos apunto de alcanzar la mayoría de edad como Patrimonio Mundial, nos enfrentamos a uno de los años más complicados desde nuestra declaración. Un año sacudido por la crisis sanitaria mundial de la que saldremos reforzados si trabajamos juntos, codo con codo, con el apoyo de todas las Administraciones Públicas.
Baeza, junto con el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España, hace una apuesta decidida por la promoción, a nivel nacional, de nuestro destino turístico. La conservación física de nuestros bienes y de sus entornos, va ligada con la firme salvaguarda de los valores intangibles como son el silencio, el paseo, la quietud del tiempo y el sentido trascendental que se conserva en este conjunto y del que hoy podemos seguir disfrutando.
En este nuevo año que hoy se abre paso, nos enfrentamos a dos grandes batallas. Por un lado a la crisis sanitaria producida por el COVID19, adaptando todos nuestros recursos a las recomendaciones de las autoridades sanitarias y, por otro, trabajamos intensamente para la recuperación del turismo en nuestra ciudad, uno de los pilares económicos más importantes.
Pero con los múltiples esfuerzos, seguiremos preservando nuestro patrimonio cultural heredado y conseguiremos salir de esta batalla más reforzados. Tenemos la suerte de tener reconocido en nuestra declaración, el Valor Universal Excepcional, como una de las razones de la inscripción, este concepto no sólo se ha reconocido por parte de los que habitamos y hacemos el patrimonio desde el propio territorio, sino que creemos que hemos sido capaces de seguir manteniéndolo.
A lo largo del tiempo Baeza ha seguido manteniendo esa característica que la hace única: una fuerte carga cultural inserta entre su paisaje urbano, donde además se sintetiza la fuerza del arte, la tradición y la historia. En toda la ciudad está presente el sentido humanista, la impronta de grandes personajes que dejaron de una manera u otra, entre sus centenarias piedras, su huella y su recuerdo. Figuras que han permanecido como el músico Ramos de Pareja, San Juan de Ávila, su discípulo: Diego Pérez de Valdivia, Rodrigo López, Juan Huarte de San Juan, Gonzalo Argote de Molina. El pintor Gaspar Becerra o San Juan de la Cruz. También Bartolomé Ximenez Patón, el Intendente Pablo de Olavide… y ya en el siglo XX el poeta Antonio Machado o el historiador Vicens Vives, entre muchos que nacieron o vivieron en Baeza.
La declaración como Patrimonio Mundial nos ha hecho convertirnos en ciudadanos conscientes y respetuosos, ayudándonos a tener una conciencia global acerca de nuestros valores patrimoniales. Hasta el punto de que coexistiendo actividades académicas, religiosas, turísticas; así como los propios dinamismos de sus habitantes, contenidos en este eje declarado, hemos sido capaces de encontrar un complejo EQUILIBRIO.
Durante estos diecisiete años, nos hemos convertido en los guardianes de nuestra ciudad y debemos continuar siéndolo, trabajando conjuntamente para la conservación del patrimonio de toda la humanidad que nos ha correspondido el honor de recibir y el reto de su mantenimiento para el disfrute de generaciones futuras.