Condenado en Jaén un octogenario a nueve años de cárcel por quedarse con los bienes de otra anciana

Segun comenta Europa Press La Sección Tercera de la Audiencia de Jaén ha condenado a nueve años y tres meses de prisión a un octogenario, de 86 años, por apropiarse de bienes por valor de 1,2 millones de otra anciana, de 78 años, aprovechando que se encontraba ingresada en la UCI. Además, el tribunal le condena al pago de una multa de 1,2 millones de euros.

La sentencia, a cuyo fallo ha accedido Europa Press, condena también a penas de dos y tres años de cárcel a otros dos acusados más por blanqueo de capitales, mientras que absuelve del mismo delito a otros tres procesados en esta causa. La sentencia declara también la nulidad de diversos contratos tal y como había pedido la acusación particular y el Ministerio Fiscal.

En concreto, al octogenario J.M.C.S., en prisión provisional desde abril de 2019, se le condena por un delito continuado de administración desleal y por otro delito de blanqueo de capitales.

A pesar de que durante el juicio, el anciano declaró que tenía permiso de la víctima para poner a su nombre lo que quisiera porque él para ella era “el amor de su vida” y además ella “estaba hasta el gorro de que los hijos la tuvieran arruinada”, el tribunal considera que se aprovechó de la situación de incapacidad de la anciana para apropiarse de sus bienes.

El ya condenado, primo hermano de la víctima, declaró que ella llevaba desde pequeña enamorada de él, pero que no fue hasta 2008 que comenzaron una relación cuando “los hijos la habían arruinado”. “Los hijos eran unos sinvergüenzas y debían hasta entrar en misa de doce”, ha dicho el acusado en una declaración donde ha recurrido en múltiples ocasiones al no me acuerdo o no quiero contestar.

Lo que sí quiso dejar claro es que él y la anciana se habían casado “extraoficialmente” y ejercían de “marido y mujer” y que cuando ella se puso enferma lo único que hizo fue cumplir con su voluntad porque ella le tenía dicho que “si a ella le pasaba algo, que lo pusiera a su nombre” porque sus hijos “iban a acabar con todo”, en alusión a un vehículo de alta gama que se transfirió él mismo cuando ella acababa de ingresar en el hospital.

“Los hijos fueron los que arruinaron a su madre y yo el que la sacó de la ruina”, ha dicho el acusado, que defendió que para todo lo que hizo hubiera tenido el respaldo de ella, si no hubiera enfermado.

Por su parte, la víctima declaró que otorgó los poderes para que el acusado fuera su “capote” porque ella en esos momentos no estaba “muy bien”, pero insistió en que firmó el poder ante notario para que la representara y sin saber “la amplitud que tenía el poder” ya que “yo siempre he gestionado lo mío y he ido a los bancos sola”. Según ella, el acusado “se tomó carta blanca” y pensó que “ancha es Castilla”.

Asimismo, reconoció que con el acusado había una relación “sentimental”, que ella misma definió como de “conveniencia” porque “yo estaba tan sola como él y así nos hacíamos compañía”, aunque señaló que nunca quiso casarse con él y que hasta en tres ocasiones se echó para atrás.

“Pensaba que era decente porque era de mi familia”, dijo la anciana, al tiempo que apuntó que con todo lo pasado se había dado cuenta de que el acusado “no se portó bien” y que “más que ir a verme al hospital, lo que hacía era ir a ver si me moría”.

Los hechos, según ha venido sosteniendo el Ministerio Fiscal, se remontan a mayo de 2011 y enero de 2018 cuando la anciana otorgó dos poderes en favor del acusado para que colaborara en la gestión de su patrimonio y de su empresa.

El 20 de enero de 2019 la anciana ingresó en la UCI del Hospital de Jaén aquejada de un problema cardiaco que la mantuvo ingresada hasta el mes de marzo. Dos días después del ingreso y “con el único fin de enriquecerse ilícitamente”, el acusado transfirió a su nombre un vehículo de alta gama. Asimismo, otorgó escritura de venta a su favor del usufructo vitalicio de una finca en Martos donde se explotaba una cantera por la que la anciana percibía una renta mensual de casi 6.000 euros.

Procedente de la venta de una almazara, el acusado “con la única finalidad de hacer propio todo el patrimonio” de la anciana, presentó a descuento dos pagarés por valor total de 1,2 millones de euros. “Con el fin de ocultar el dinero y su origen”, el acusado realizó diversas transferencias a los otros cinco acusados. De todo el dinero transferido solo se ha podido recuperar 300.562 euros.

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