Comienzan las obras de restauración y consolidación del Puente Mocho a las que la Junta destina casi 327.000 euros
La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta comienza esta semana los trabajos de restauración y consolidación del Puente Mocho, infraestructura de origen romano catalogada como Bien de Interés Cultural que se encuentra ubicada entre los términos municipales de Beas de Segura y Chiclana de Segura (Jaén) y en la que se invertirán 326.822,51 euros.
“Hablamos de un plazo de ejecución de obra de diez meses que tiene que coincidir con la época del año en la que el río Gudadalimar, que es un río caudaloso, tenga el nivel bajo para facilitar los trabajos”, ha explicado el delegado territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Juan Eugenio Ortega.
El responsable provincial de Medio Ambiente ha visitado este miércoles, junto con los alcaldes de Beas de Segura, Sebastián Molina, y de Chiclana de Segura, Santiago Rodríguez, así como con representantes de la plataforma en defensa del Puente Mocho, el inicio de estas obras que suponen el cumplimiento del compromiso anunciado recientemente por el Consejero de Medio Ambiente, José Fiscal, en sede parlamentaria.
“Estamos en una primera fase en la que durante los meses de agosto y septiembre se van a realizar trabajos previos de limpieza del puente, las tareas relativas a la seguridad de los trabajadores y se iniciará la restauración de la calzada”, ha comentado Ortega. Play Unmute Fullscreen Play Unmute Fullscreen Play Unmute Fullscreen En este sentido, ha apuntado que las tareas de reconstrucción y consolidación van a continuar en octubre, una vez que haya bajado el caudal del río, con la restauración de todas las bóvedas, a excepción de la principal, así como se llevará a cabo la limpieza del margen del río por el que se va a desviar el agua.
Según ha precisado, durante los meses de noviembre, diciembre y enero se van a realizar las labores de reconstrucción de la bóveda principal a través de un trabajo minucioso en el que cada una de las piedras se evalúa, se sustituye o se vuelve a colocar. Esta labor nos obliga a apostar por un equipo humano reducido y especializado que no puede avanzar con las fases de la obra mientras no hayan finalizado la anterior”, ha remarcado el delegado territorial. Finalmente, en los meses de febrero a mayo, una vez que las labores de restauración hayan acabado, se procederá a la integración ambiental de la ribera mediante plantaciones y mejora de la misma.
“Tras la recomposición de la ribera a su estado inicial, se darán por finalizados unos trabajos con los que pretendemos devolver a esta zona de paso ganadero entre la Sierra de Segura y Sierra Morena su valor arquitectónico y cultural”, ha resaltado Ortega.