EL CEIP LOS ARRAYANES DESMIENTE LOS BULOS DEL CORONAVIRUS
COMUNICADO OFICIAL de José María de Rus Martínez director del CEIP Los Arrayanes
Circula entre las redes sociales, sobre todo de grupos de Whatsapp de familias de diversos colegios, la noticia de que nuestro Centro está cerrado por cuarentena debido a que el director del mismo ha contraído coronavirus. Queremos desmentir dicho bulo que no pretende sino crear alarma social entre la población, generando histeria colectiva que provocará recelo y miedo a ir a la escuela. Como director del mismo, me permito decir que ni mi familia ni yo hemos sido diagnosticados por coronavirus puesto que no presentamos síntomas del mismo. Es totalmente falso que yo haya estado ingresado en el hospital; igualmente falso es que no he asistido al Centro por tener dicho virus. Ni tengo corona, ni tengo virus.
A las familias de nuestro Centro, que se han comportado maravillosamente, quiero darle las gracias por la confianza depositada en nosotros y saben que, en el ejercicio de nuestra responsabilidad, si hubiera un mínimo indicio de posible contagio, lo hubiésemos notificado. Nuestro primer interés son sus hijos e hijas y, como hemos hecho siempre, no les defraudaremos. Asimismo les felicito porque, han sabido atajar el bulo de la manera que hay que hacerlo: preguntándome directamente a mí.
Decían Francis Bacon y mi sabia abuela (que nunca había leído al filósofo): “Si calumnias, algo siempre queda». Con esto quiero decir que los bulos, sean cuales sean, siempre estigmatizarán a quienes son objeto de los mismos. Somos demasiado ligeros en emitir juicios sin fundamento ninguno, sin contrastar la información y sin saber el perjuicio que podemos causar a quien acusamos y a sus familiares.
Y, para finalizar, permítanme un consejo: muchos de los males de escuela de los que nos quejamos vienen provocados por malos entendidos, bulos, rumores y las famosas “feicnius» que de manera gratuita mandamos por grupos, memes, “feisbucs», “tuiters» e instagram. Si los padres y madres fuésemos un poquito más sensatos en lo que hablamos y delante de quién lo decimos, otro gallo nos cantaría.
