PALABRAS DE AGUANIEVE – ENTREVISTA A PEDRO LENDÍNEZ
Abocados a hacer una cultura de guerrilla.
“Relájate tía” se estrena el martes 23 de junio a las 21:00 h en la sala Teatro Xtremo de Jaén
Infatigable. Después de un bagaje profesional y vital bastante intenso, y no exento de dificultades, Pedro Lendínez, parece haber encontrado la primera baldosa amarilla de un camino que conduce, al menos, al destino que él se marcó en un principio; la honestidad y el amor puro por el teatro, por la palabra, por la creación de historias. Pedro es actor, dramaturgo y director de la compañía jiennense Pespunte Teatro. Este año estrenan dos nuevos montajes; “Llueve en Barcelona” para el otoño y el más inminente, “Relájate tía”. El momento sigue siendo muy complicado para el sector. Hay consistorios escudados todavía en el parapeto, ya maloliente, de la crisis y creyendo que la cultura es un área secundaria, que no necesita del cuidado de alguien que sepa amarla, necesitada de un presupuesto, aunque sea mínimo, que dé vida a teatros municipales y, por ende, a los que trabajan y comen de ellos. Son nuestros actores y actrices, cómicos varios, directores, dramaturgos, músicos, escenógrafos, compañías de nuestra tierra que se las ven y se las desean para sobrevivir y no hablo solo a nivel provincial. Hoy hablamos con uno de los guerrilleros más activos y esto es lo que nos cuenta…
- Estrenáis “Relájate tía” y no sabrías definir si es una comedia o un drama. Apuntas que es un motivo para seguir viviendo. Con esta premisa publicitaria cualquiera se la pierde…
Sí. Para mí ha supuesto un motivo para seguir viviendo, al menos teatralmente hablando. Y también creo que tiene ese halo de frescura, de mirar hacia delante, de redención. Es una función luminosa. Una historia que nos abre puertas. Que nos dice que, a pesar de todo, hay que seguir caminando.
- Una obra de teatro tan real como la vida misma donde se cuestiona el límite de la honestidad, la amistad, los vicios, egos o virtudes. Todo muy acorde con los tiempos que vivimos.
Así es. El teatro tiene, entre otras muchas funciones, la de colocarnos ante el espejo de la sociedad y de lo que somos como seres humanos. Durante la creación del espectáculo incidía mucho en buscar la fealdad del personaje, las aristas, lo oculto, tanto en el trabajo actoral como en la escritura. Viendo y siendo conscientes de las dos caras podemos entrar en el juego de recrear la vida en escena con la seguridad de estar sesgados. La realidad es la que es y todos actuamos de la forma que más nos conviene según nuestras necesidades. Al fin y al cabo, una vez aquí ¿Hacemos otra cosa que no sea intentar sobrevivir?
- ¿Cómo ha sido el proceso de creación?
Brutal. Te cuento: estuve en la Térmica de Málaga como alumno en un taller que organizaba el Centro Dramático Nacional y que impartía José Padilla, ahora mismo uno de los nuevos grandes referentes de la dramaturgia española. Nos contó su método de trabajo, muy influenciado por la metodología de Alfredo Sanzol, y con el que había creado sus últimas propuestas, véase “Haz click aquí” y “Los cuatro de Düsseldorf”. El método es en esencia sencillo. Se trabaja a través de una improvisación pura y dura. En la que no hay nada, ni tema, ni género… bueno sí, solo las tres primeras réplicas de unos personajes y que surgen de una escritura casi espontánea de los actores. A partir de ahí, se trabaja la improvisación en la que hay premisas: El “No” no existe. Hay que apostar siempre al SÍ. No hay miedo al silencio y lo que haya, sea lo que sea, está en el otro. Y de ahí aparecían imágenes, nuevas situaciones, surgían unos personajes día a día más definidos. Y lo más importante, nacía la historia. Todo esto, en un trabajo cooperativo entre el dramaturgo, director y los actores. Donde estos últimos recuperan su rol como generadores de historias.
- Y dos actrices que dan vida a tus palabras ¿Cómo llegas a Cristina Mediero y Paz Ortega?
Aparte de ser maravillosas actrices, son compañeras y ante todo amigas. Venimos de trabajar juntos en diversos proyectos y la comunicación es fluida. Hay amor y respeto. Es un lujo poder trabajar a estos niveles. Te facilitan tanto el trabajo que uno a veces duda que lo esté haciendo. Me han dado tanto en este proceso que no sé cómo voy a poder pagarles. Son un seguro a todo riesgo. Paz es la versatilidad y la templanza. Cristina es la chispa y la magia. Con ellas me reafirmo en que lo mejor de esta profesión es la gente que te encuentras por el camino.
- No es hora de relajarse y vemos como tu perseverancia, a pesar de tantas dificultades, sigue intacta. Pespunte Teatro es tu apuesta más personal con un pasado todavía mínimo pero muy prolífico, un presente con realidades latentes y un futuro esperanzador.
Fundé mi propia compañía por una sencilla razón: encontrar una forma personal de contar aquello que quisiera contar en cada momento. Es cierto que hasta ahora he caminado por senderos marcados, en ocasiones, por los límites del momento que estamos viviendo. No digo que me arrepienta, pero si es verdad que en otro contexto quizá hubiera llegado antes a este punto donde me encuentro. O no. La cuestión es que ahora sí creo que ando a las puertas de un lenguaje en el que me siento cómodo y en el que me puedo desarrollar y crecer con garantías como creador. Así que tengo muy claro que a excepción del siguiente proyecto, que nace de una necesidad y empeño muy personal, todos lo que venga a partir de ahora será creado a pie de escena y bajo el método “Padilla”.
- Háblanos de “Llueve en Barcelona”
A finales del año pasado me lancé a la búsqueda de una historia a la que engancharme. Quería que fuera una historia potente a nivel actoral y quería también dar un salto cualitativo en la producción. Y para eso tenía que rodearme de los mejores. De gente de confianza. Hablé con Carlos Aceituno. Unas de las realidades más potentes de la escena jienense. Y le ofrecí que dirigiera la futura propuesta. E indagando dimos con “Llueve en Barcelona” un señor texto de Pau Miró (Uno de nuestro dramaturgos más reconocidos dentro y fuera de España) que cuenta la relación de tres personajes marcados por la soledad en el barrio del Raval barcelonés. Contacté a través de las redes sociales y se volcó desde el comienzo con nosotros facilitándonos el tema de los derechos de autor. La apuesta femenina en el reparto era clara, Cristina Mediero. Y para completar el trío actoral contacté con Juanfra Juaréz, amigo y uno de los grandes nuestra escena. Semanas después, como guinda, se unió a nosotros Eufrasio Lucena como escenógrafo. Resumiendo: todos son palabras mayores en esto.
- Para financiar el proyecto hay que echar mano de mecenas. Os involucráis en un proyecto de crowdfunding.
La situación nos obliga a lanzarnos en el mecenazgo. Nunca he sido un defensor a ultranza del crowdfunding pero sé que puede tener su papel. Eso sí, como algo complementario y no sustitutivo de las instituciones como responsables de la inversión en cultura.
“Llueve en Barcelona” es un producto de artesanía, así nos lo hemos planteado desde la parte actoral y de dirección y así debe ser acompañado en la parte escenográfica, técnica, etc. Y para poder poner en pie algo así necesitamos unos apoyos mínimos. Si una potencial puerta para conseguirlo es el crowdfunding lucharemos hasta desfallecer por ello. Ahora solo queda que la gente conecte con nosotros y nos ayude a conseguirlo.
- Jaén es tierra de talentos pero ¿sabe entender, cuidar y apoyar, como se merecen (merecéis) a tantos obreros de la cultura?
Hasta la fecha NO. El apoyo de las instituciones es cero. No contamos con un circuito que pueda crear una conciencia de red. De industria. Y a nivel económico el abandono es el mismo. Ni una línea de subvenciones para ayudar a los profesionales de la cultura. Si eso se le une el difícil acceso a muchos espacios escénicos y las condiciones con las que se trabaja en ellos, el panorama es desolador.
Y duele, duele mucho. Porque muchos y grandes jóvenes profesionales están apostando por vivir y trabajar en su tierra. Para crear desde ella y mirar hacia el mundo. Así que nos vemos abocados a hacer una cultura de guerrilla, de supervivencia. Y no tengo nada claro que podamos aguantar mucho tiempo más así.
- Para triunfar, hoy en día, ¿basta con ser humilde y amar como nadie la profesión?
Si como “triunfar” consideramos el vivir de la profesión, que es por lo que yo lucho y que consigo a duras penas… ya te digo que no es suficiente. La suerte, al menos en momentos puntuales, debe estar presente. Y sobre todo la constancia y el ser consciente de que esta profesión, este modo de vida, supone sacrificar muchas cosas.
- ¿Qué esperas de los nuevos concejales y concejalas de Cultura de la provincia? ¿Crees en la reinserción?
Voy sin expectativas. Así el potencial golpe dolería menos. Deseo que empiecen a vernos como lo que somos: profesionales que comen de su profesión. Que abran sus espacios. Que entiendan que no se puede recortar siempre por el mismo. Que la fórmula de: te cedo el teatro y lo que saques para ti es un suicidio para el gremio. Y que al menos yo, deseché hace tiempo. Prefiero actuar menos pero actuar bien. Que se esfuercen por acercar el teatro a la gente. A las escuelas. Que luchen por crear una conciencia cultural. La cultura hay que pagarla señores. La entrada libre hasta completar aforo ha sido y es un cáncer letal para la supervivencia de nuestra profesión.